Puerto Libre - Guillermo Hernández Puerto
Gabino Cué Monteagudo, frente al pueblo oaxaqueño y los diputados de la LXII Legislatura local desde el atril, expresó embebecido por el poder: “Jamás usaré la fuerza pública contra el pueblo oaxaqueño”
Ahí está esa expresión que pisoteó y traicionó, pues después de haberse arrodillado ante el presidente Enrique Peña Nieto, abrazó sin ningún escrúpulo la criminalización de la protesta social y convirtió a Oaxaca en una gran cárcel.
De esta criminalización de la protesta social hablan los arrestos y detenciones de ocho líderes magisteriales, entre ellos el arresto y confinamiento en las mazmorras del penal de máxima seguridad del Altiplano del secretario general de la Sección 22, Rubén Núñez Ginez, y del secretario de Organización, Francisco Villalobos.
Gabino Cué y sus asesores de marras creyeron estúpidamente que con la persecución y encarcelamiento de los líderes magisteriales, el magisterio se doblegaría por miedo o terror, pero al gran traidor a Oaxaca Gabino Cué le salió el tiro por la culata, pues el arresto y confinamiento de Núñez y de Villalobos fue la gota que derramó el vaso. Antes había sido encarcelado en tales mazmorras, Aciel Sibaja y otros líderes magisteriales más.
El magisterio de esta gloriosa sección sindical no se amilanó, no se acobardó ante la gran represión que instrumentó el gobierno de Peña Nieto y que secundó el gran traidor, Gabino Cué, pues la masa magisterial se enardeció, decretó un paro que duró 100 días y salió a bloquear carreteras en 37 puntos del estado, lo que colapsó la economía estatal y paralizó la vida económica, social y política del estado.
En ese contexto tan difícil y peligroso el exasesor de Carlos Salinas de Gortari, el presidente del grupo empresarial Mexicanos Primero, Claudio X. González, tildaba de delincuentes a los profesores de la Sección 22 y le ordenaba al presidente Enrique Peña Nieto que utilizara toda la fuerza del Estado mexicano para imponer la mal llamada reforma educativa y para someter a la ley y al orden a las que él llamó, las hordas magisteriales de Oaxaca. Mismo lenguaje virulento y violento que utilizaba Aurelio Nuño.
El gobierno federal y estatal instrumentaron un operativo para abrir el bloqueo que civiles y profesores mantenían como medida de presión en el crucero de Nochixtlán; como consta a los oaxaqueños este operativo falló y fueron asesinados a balazos seis civiles en ese domingo negro, con un saldo de más de 100 heridos, otro civil murió en Hacienda Blanca y otro en el puente del Tecnológico. El saldo sangriento: ocho muertos y más de 100 heridos, hechos sangrientos estos conocidos como la matanza de Asunción Nochixtlán y a meses de estos hechos violentos no hay un solo detenido.
Cabe mencionar que en la noche del sábado, 18 de junio de 2016, Gabino Cué asistía como invitado especial a la boda en que contrajeron matrimonio gente cercana al gobernador de Guerrero, Estudillo. La mañana del domingo 19 de junio, el exgobernador Gabino Cué fue informado del resultado sangriento en medio del desvelo y los humos del champán que escanció en dicha boda.
Esta actitud irresponsable que asumió el exgobernador de acudir a dicha boda cunado él sabía perfectamente bien que había autorizado el operativo para desbloquear la carretera muy cercana a Nochixtlán y que podría derivar en hechos sangrientos como ocurrió, no tiene mejor calificativo que la del actuar de un rufián y gran traidor. Mientras corría sangre en Nochixtlán, él corría abundante licor por su garganta.
Gabino Cué podrá salir impune de los grandes latrocinios que cometió contra el pueblo de Oaxaca, pero le será muy difícil salir bien librado por la matanza de Nochixtlán, porque ésta es un delito de lesa humanidad y estos delitos no prescriben.
Desde esta columna saludamos la declaración que hace la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación en el sentido de que mantiene la exigencia de que se castigue al exgobernador Gabino Cué Monteagudo, por los hechos ocurridos en Asunción Nochixtlán el 19 de junio de 2016.
Esperamos que el gran traidor Gabino Cué no escape al imperio de la ley.
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