jueves, 16 de febrero de 2017

Barbosa grilla, Josefina respira, Murat regresa: Francisco Garfias


Oaxaca de Juárez, 16 de febrero. La lógica indicaría que la hemorragia de senadores que han renunciado a su militancia en el PRD debería tener al borde de la histeria a Miguel Barbosa, coordinador de la bancada de ese partido en el Senado, pero no es así. Al legislador poblano se le ve tranquilo, estable y hasta contento.

La bancada amarilla inició la legislatura con 22 integrantes. Cuatro años y medio después, le quedan 19. Sólo 13 militan en el PRD. Los otros seis han abandonado el sol azteca, en medio de descalificaciones al sistema de partidos, pero permanecen en el grupo parlamentario.

Miguel Barbosa no sólo no los ha expulsado, sino que los ha consentido y hasta los ha defendido por una razón entendible: No le conviene sacarlos.

El reparto de las presidencias y secretarías de comisiones en el Senado se hace proporcionalmente. El mismo método con los recursos. La ecuación es sencilla: entre menos integrantes de la bancada, menos prerrogativas.

El PRI es el que tiene la parte grande del pastel. Ocupa 55 escaños, que representan 43 por ciento del total de los senadores. El PAN tiene 38, con 29.7 por ciento; el PRD, 19, con 14.8 por ciento; el Verde, 7, con 5.5 por ciento, al igual que el PT. Hay dos independientes.

Pero no sólo son las prerrogativas. Barbosa ya encontró el equilibrio en una bancada compuesta por diferentes tribus del PRD. No se pelea, ni corre a nadie.

A los senadores que se desafiliaron también les viene bien quedarse en el grupo. Si son presidentes de comisión reciben 200 mil pesos mensuales, si son secretarios, 100 mil.

Los incongruentes que renunciaron al PRD, pero que se quedaron en el grupo ocupan presidencias de comisiones. Mario Delgado, Distrito Federal; Armando Ríos Piter, Población y Desarrollo; Alejandro Encinas, Estudios Legislativos; Rabindranath Salazar, Relaciones Exteriores Europa, y Benjamín Robles, Especial Sur-Sureste.

A Barbosa lo han tratado de destituir. Nos dicen que Angélica de la Peña, esposa de Jesús Ortega, encabezó un intento de golpe contra el coordinador. Pero el poblano tiene el apoyo de la vicecoordinadora Dolores Padierna, dirigente de la corriente IDN.

Además, no hay con quién sustituirlo. 
Josefina Vázquez Mota libró ya la primera condición para ser candidata del PAN a la gubernatura del Estado de México. La Auditoría Superior de la Federación ya dio a conocer su dictamen sobre los recursos utilizados por el Instituto de Mexicanos en el Exterior. 

El IME es el organismo desconcentrado de la subsecretaría que suministró los más de 90 millones de pesos utilizados por la organización Juntos Podemos, que preside la panista, cuyo objetivo declarado es proteger a mexicanos en el exterior.

Dice el dictamen: “Queda claro que el INE se condujo con apego a la ley, y cumplió con su objeto institucional, de tal suerte que el dictamen es positivo”, dice la ASF.

La auditoría al INE sólo generó diez recomendaciones de desempeño, pero no generó ni una solicitud de aclaración, ni promociones de ejercicio de la facultad de comprobación fiscal, ni pliegos de observaciones, ni procedimientos de responsabilidad administrativa sancionadora, ni multa alguna.

A la excandidata presidencial ya sólo le queda saber cómo falla el tribunal frente a la impugnación de Ulises Ramírez, otro aspirante a la candidatura del PAN, quien no aceptó el método de designación, acordado por el CEN, y exige elecciones internas. La tercera condición es la encuesta sobre quién es el mejor posicionado para postularlo como abanderado de Acción Nacional. La medición ya está en el escritorio de Ricardo Anaya. 
El jefe nacional del PAN, por cierto, regresó ya de su viaje a Alemania. Le fue bien. Se reunió más de una hora con la canciller Angela Merker, quien subordinó su agenda personal a la apertura de los refugiados sirios. El encuentro fue apenas el lunes pasado. 

Nos dicen que el muro de Trump fue uno de los temas que abordaron. Algo sabe la señora de los efectos negativos de las bardas. Proviene de la parte oriental de Alemania, muchos años dividida por un muro. 
Es obvio que en el PRI el relevo generacional no es prioritario. Las mismas caras se reciclan una y otra vez. No le hace que no sean las más adecuadas para recuperar la credibilidad. 

Confirmamos ayer que José Murat será el líder de la CNOP, sector popular del tricolor. El polémico exgobernador de Oaxaca suplirá en el cargo a la senadora regiomontana Cristina Díaz. No sabemos si a Enrique Ochoa le impusieron ese nombramiento desde Los Pinos. El caso es que desde hace días, a Murat se le veía muy cerca del presidente del PRI.

El oaxaqueño fue pieza clave en la firma del Pacto por México que hizo posibles las reformas estructurales que ya tenemos, algunas de las cuales han quedado a deber, a juzgar por lo que se llegó a prometer. El ejemplo más claro es el de la Energética. El discurso oficial prometía gasolina, electricidad y diesel más barato.

Pero en el quinto año de gobierno, las autoridades asestaron un golpe a los bolsillos de los mexicanos. Los combustibles subieron 18 por ciento promedio al iniciar el año. El alza desató bloqueos, saqueos, manifestaciones y una espectacular caída del Presidente y su partido en las encuestas. Las protestas no han parado en lo que va del año.

Otras alzas programadas para el 4 y el 11 de febrero fueron pospuestas. Presión callejera obliga. El 18 de febrero es el Día D. Allí sabremos si el gobierno se atreve a otro gasolinazo. Por lo pronto, el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, le dijo a senadores que la decisión no está tomada.

El Arsenal

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